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Programa de Doctorado: El Análisis Geográfico en la Ordenación del Territorio TESIS DOCTORAL CRISIS ECOLÓGICA
Y
GEOGRAFÍA
PLANTEAMIENTOS Y PROPUESTAS
EN TORNO AL PARADIGMA ECOLÓGICOAMBIENTAL Director: Rafael Hernández del Águila
Autor: Francisco Javier Toro Sánchez
Granada, mayo 2011 Editor: Editorial de la Universidad de Granada
Autor: Francisco Javier Toro Sánchez
D.L.: GR 3793-2011
ISBN: 978-84-694-4446-7 Imagen de portada:
“The Heart of Andes” (1859)
F. E. CHURCH
NOTA: El año en el que se expuso este cuadro coincidió con la publicación de “El origen de las especies”
de C. DARWIN y con la muerte de A. VON HUMBOLDT, “padre” de la Geografía moderna. CRISIS ECOLÓGICA
Y
GEOGRAFÍA
PLANTEAMIENTOS Y PROPUESTAS
EN TORNO AL PARADIGMA ECOLÓGICOAMBIENTAL Autor: Francisco Javier Toro Sánchez Director: Dr. Rafael Hernández del Águila A mis padres,
por enseñarme la “geografía” de la vida [1] [2] AGRADECIMIENTOS
Serían incontables las personas a las que he de agradecer su apoyo e interés para que esta
tesis se llevara finalmente a cabo.
He de agradecer de una manera muy emotiva al Prof. Rafael Hernández del Águila por un
doble motivo. En primer lugar, por su acertada tutela, sus aportaciones claves y por
despertarme el entusiasmo y la preocupación por el medio ambiente, razones, todas ellas,
que han sido decisivas para que yo me decantara por una investigación de este tipo. En
segundo lugar, y más importante que lo anterior, por su amistad, el afecto y la confianza
que me ha mostrado en los momentos más difíciles. Gracias por hacerme ver cosas que
antes no veía. Gracias por abrirme la “mirada”.
Al Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de
Granada por las comodidades que me han ofrecido para que pudiera desarrollar mis tareas
de investigación, especialmente a su director, el Prof. Francisco Rodríguez Martínez. A su
vez quisiera tener un sincero reconocimiento a todos mis compañeros y amigos de
Departamento, así como a los del Departamento de Geografía Humana, pues todos ellos
han dejado “huella” en mi formación como geógrafo y como investigador durante los años
de licenciatura y doctorado (Miguel Ángel Sánchez, Miguel Ángel Villacreces, Maite
Camacho, Rafael Machado, Diego Compán, María Elena Martín-Vivaldi, etc.). Gracias
también a Enrique Fernández y Puerto Ventanas por la honesta ayuda con la que hacéis
más fácil nuestro día a día.
Quisiera agradecer especialmente a los profesores Francisco Villegas Molina y Francisco
Ortega Alba por la pasión y el esfuerzo que han dedicado durante tanto tiempo a la
Geografía Física. Sus didácticas y animadas clases marcaron el principio de este sendero por
distintos “paisajes geográficos” y estoy en deuda con ellos.
A mis compañeros geógrafos y ambientólogos del Área de Urbanística del Departamento de
Expresión Gráfica, con los que he compartido preocupaciones sobre la tesis y asuntos de la
vida (Prof. Luis Miguel Valenzuela, en primer término, y a Rocío, Julio, Fran, Mercedes,
Rubén, Miguel, así como a Mabel). En especial, me gustaría agradecer al Prof. Alberto
Matarán su amistad y apoyo durante estos últimos años, quien me animado a seguir
adelante, pese a las dificultades. Mi afectuoso agradecimiento a mi amigo Yasser con el que
me he sentido menos sólo en estas lides investigadoras. Gracias por tu apoyo final y por
ayudarme a “decolonizar” el pensamiento. [3] Agradezco a la School of Geography de la University College of Dublin las facilidades que
me ofrecieron para que pudiera desarrollar mi estancia. Gracias, en especial, a la Prof.
Verónica Crossa y a su marido quienes me dieron acomodo los primeros días y que me
hicieron sentir como en casa.
Gracias a todos mis amigos y personas que alguna vez habéis “soportado” mis divagaciones
teóricas; vuestro apoyo y afecto han sido fundamentales para que esta tesis viera finalmente
la luz. Todos estáis reflejados en estas reflexiones (Migue, Laura, Ana, Fernando, Paqui,
Teresa, Rafa, Maite, Leticia, Guadalupe, José, Annie –gracias por el inglés–, y a todos mis
amigos de San Pedro, Marbella y Granada). Agradezco, finalmente, a toda mi familia
(abuelos, tíos y primos). En especial, a mi hermano, por la paciencia y por su confianza y,
sobre todo, a mis padres, a quienes les debo lo que tengo pero, especialmente, lo que soy. [4] La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás,
pero únicamente puede ser vivida hacia delante.
SØREN KIERKEGAARD El nivel de velocidad es directamente proporcional
a la intensidad del olvido
M. KUNDERA Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo
se deben a que los ignorantes están completamente seguros
y los inteligentes llenos de dudas
BERTRAND RUSSELL Nada es suficiente para el hombre,
a quien aquello que es suficiente le parece poco
EPICURO [5] Toda lengua es un antiguo bosque de la mente,
una cuenca fluvial del pensamiento,
un ecosistema de posibilidades espirituales
WADE DAVIS La cuestión no es qué miras, sino cómo miras y si ves.
H. D. THOREAU El principito se sentó sobre la mesa y resopló un poco. ¡Había viajado tanto!
- ¿De dónde vienes? – le dijo el Señor anciano.
- ¿Qué es ese libro gordo? – dijo el principito. – ¿Qué hace usted acá?
- Soy geógrafo – dijo el Señor anciano.
- ¿Qué es un geógrafo?
- Es un sabio que sabe dónde se encuentran los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y los desiertos.
- Eso es muy interesante – dijo el principito. – ¡Éste es, por fin, un verdadero oficio!
ANTOINE DE SAINT-EXÚPERY. El principito [6] RESUMEN
El fenómeno de la crisis ecológica planetaria está despertando un interés creciente
en el campo académico e investigador. En los últimos años, los procesos de deterioro social
y ambiental se han incrementado notablemente como consecuencia de importantes
transformaciones que están teniendo lugar en los modos de concebir y usar el medio como
soporte biofísico, pero también como “construcción social”. La globalización y la era
postmoderna actuarían como los dos grandes ejes interpretativos de los conflictos actuales
entre ser humano y medio. Estas cuestiones forman parte del interés de la Geografía, por lo
que, en principio, jugaría una baza fundamental a la hora de dilucidar y comprender las
causas que subyacen en la crisis ecológica contemporánea y los procesos vinculados a esta
nueva realidad geográfica. Sin embargo, la posible utilidad de la Geografía como una
ciencia ocupada y preocupada por las cuestiones ambientales debe ser revisada a la luz de
nuevas propuestas y planteamientos que surgen del paradigma ecológico-ambiental. En
consecuencia, este trabajo se propone, en primer lugar, realizar una caracterización de la
crisis ecológica contemporánea desde la perspectiva geográfica, para luego valorar la
posición de la Geografía en algunas de las propuestas que están surgiendo del nuevo
paradigma ecológico-ambiental (transdisciplinariedad, ciencia posnormal, tercer cultura,
ética planetaria, etc.). El objetivo final es ofrecer argumentos relevantes que permitan
evaluar la Geografía como una ciencia para la sostenibilidad y como “una perspectiva” útil
en torno a la definición y consolidación del nuevo paradigma. Para ello se cuenta con un
recorrido bibliográfico sobre la crisis ecológica, sobre aspectos filosóficos y epistemológicos
relativos al medio ambiente y sobre las conexiones teóricas y conceptuales de la Geografía
con el estudio de la problemática ambiental.
PALABRAS CLAVES: Geografía, medio ambiente, crisis ecológica, paradigma ecológicoambiental, transdisciplinariedad, globalization, perspectiva geográfica, desterritorialización,
ética planetaria. ABSTRACT
Global ecological crisis is attracting growing interest in academia and research. In recent
years, social and environmental degradation have increased markedly as a result of major
changes taking place in the ways of understanding and using biophysical environment as
support, but also as a social construction. Globalization and postmodern would be two
[7] main lines of interpretation of the current conflicts between humans and environment.
These issues are part of the interest of geography. So that, Geography would play a
important role in elucidating and understanding the causes of contemporary ecological
crisis and processes connected to this new geographic reality. However, the potential
usefulness of geography as a science concerned about environmental issues should be
reviewed in the light of new proposals and approaches that arise from the ecoenvironmental paradigm. Accordingly, this research proposes, firstly, characterizing
contemporary ecological crisis from a geographical perspective, and then, assessing the
position of geography in some of the proposals emerging from new paradigm of ecoenvironmental (transdisciplinarity post-normal science, third culture, global ethics, etc.).
The ultimate goal is to offer arguments relevant to assess the Geography as a science for
sustainability and useful "perspective" around the definition and consolidation of the new
paradigm. We provide by a bibliographic review of ecological crisis, philosophical and
epistemological aspects relating to the environment and theoretical and conceptual issues
concerning geography and study of environmental problems.
KEY WORDS: Geography, environment, environmental crisis, eco-environmental
paradigm, transdisciplinarity, globalization, geographical perspective, deterritorialization,
global ethics. [8] INTRODUCCIÓN [9] [ 10 ] INTRODUCCIÓN
I. ANTECEDENTES Y CONTEXTO DE PARTIDA
El estudio del medio ambiente y su problemática viene ocupando un lugar central
en la investigación científica desde hace varias décadas. Durante este período se ha
reconocido e insistido en que el problema ambiental es un fenómeno que, en términos
geográficos, alcanza magnitudes planetarias, traspasa las fronteras de Estados y territorios y
se manifiesta en complejos procesos, dinámicas y dialécticas entre sistemas humanos y
sistemas naturales a distintas escalas (de lo global a lo local y viceversa). Han sido muchos
los enfoques y formas de abordar la problemática ambiental que han emanado del campo
científico, y esto llevaría a pensar que contamos con un conocimiento suficiente mediante el
cual podamos afrontar con garantías los retos actuales y futuros que plantea y planteará la
crisis ecológica planetaria.
El interés por el estudio y el conocimiento de un problema de tal envergadura ha
supuesto el principal campo de reflexión del profesor R. HERNÁNDEZ DEL ÁGUILA en el
Área de Geografía Física del Dpto. de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la
Universidad de Granada, una línea de investigación teórica ampliamente dilatada (más de
treinta años), que también llevó a incursiones más aplicadas en el ámbito de la gestión,
como supuso, por ejemplo, la coordinación de la Agenda 21 Local de Granada durante seis
años (2000-2006). Dicha reflexión se materializó, en un momento inicial, en dos trabajos:
una Memoria de Licenciatura dirigida a profundizar, desde un punto de vista teórico, en la
línea ecológica dentro del pensamiento y los estudios geográficos y una Tesis Doctoral que
llevaba por título “El sistema hombre-medio y la crisis ecológica: aportaciones para un
nuevo paradigma científico” (1984). Tal y como indica su título, se planteaban dos hechos
que aún hoy siguen despertando multitud de interrogantes en el seno de la comunidad
científica: por un lado, el problema de la crisis ecológica como un estado de desequilibrio
entre ser humano y medio ambiente; por otro lado, la necesidad de definir un nuevo
paradigma (el propio autor enfatizaba en su no exclusividad científica) para afrontar el
cambio ecológico.
Parece obvio que realizar una aproximación general de este calibre sobre dos asuntos
tan complejos y difíciles de acotar iba a resultar una tarea ardua y titánica que, en cualquier
caso, no quedaría cerrada, ni mucho menos, con la realización de esta tesis doctoral. Más
aún cuando los propios asuntos ambientales no son precisamente realidades estables y
fáciles de simplificar, sino todo lo contrario. Pese a ello, sorprende que muchas de las ideas
y reflexiones que tuvieron cabida en este trabajo no han perdido un ápice de actualidad.
[ 11 ] Cabe especular que si “nada ha cambiado” en todo este tiempo (luego matizaremos esta
aserción) es porque existen una serie de hechos o factores que se mantienen vigentes y a los
que el autor dedicó una atención prioritaria: lo que podríamos denominar, la
“sintomatología” de la crisis ecológica global, es decir, las causas que dan origen y que
alimentan el conflicto sociedad-naturaleza contemporáneo hasta hacerlo un problema
civilizatorio y de dimensiones planetarias. En la mencionada tesis se exploraron algunos de
los factores ideológicos, culturales y psico-sociales que subyacen en el conflicto sociedadnaturaleza, para lo cual fue fundamental la formación geográfica adquirida en años previos,
así como un enorme y exhaustivo recorrido bibliográfico que, sin duda, ofrecieron una gran
credibilidad y fundamentación a las reflexiones y conclusiones que en este trabajo se
llegaron. El objetivo final no era pararse en esta diagnosis, que ya de por sí legitimaba su
labor investigadora, sino en proponer y reivindicar la necesidad de un paradigma ecológicoambiental en las relaciones ser humano-entorno, lo que daba a entender que había ciertas
formas por las que el ser humano estaba entendiendo, usando y valorando la naturaleza que
eran inadecuadas y que requerían de una profunda revisión y de nuevas propuestas. Sin esta
“reforma” del conocimiento, de la cultura y de la ética no serían concebibles y
operativizables unas formas de bienestar y desarrollo humano que fueran conscientes de la
naturaleza como sustento vital y espiritual, lo que ahora se conoce más popularmente como
“sostenibilidad” o “desarrollo sostenible”.
Pero, como decimos, si lo que podríamos denominar, el “problema cultural” de la
crisis ecológica planetaria aún se mantiene vigente, nos lleva a plantear que esta deseada
revisión en la que viene insistiendo desde entonces el profesor HERNÁNDEZ DEL ÁGUILA no
se ha producido realmente. Al menos, desde este punto de vista, cabría preguntarse si
¿realmente nada ha cambiado en todo este tiempo?
Una primera observación, llevaría a pensar que hay hechos que indicarían que sí han
cambiado cosas, al menos en lo que se refiere a la toma de conciencia del problema
ecológico. En todo este tiempo la preocupación por el uso humano de la Tierra y sus efectos
no ha hecho sino crecer. Hoy día el “medio ambiente” está en “boca de todos”: en los
círculos académicos, en el mundo empresarial, en el mercado, en el ámbito institucional, en
la gestión política y, en general, en la vida cotidiana. La popularidad de la que gozan desde
hace ya varias décadas los temas ambientales (y ahora insistiendo especialmente en el
cambio climático), indicarían que éstos ya no sólo son cuestiones sobre las que se ocupen y
preocupen de un modo exclusivo científicos e intelectuales. La crisis ecológica ha servido
para configurar una idea de “sociedad global”, en la que individuos, pueblos y territorios
están conectados entre sí y afectados por las serias advertencias ecológicas y en el que todos, [ 12 ] de una forma u otra, estamos comprometidos con la “causa” ambiental (el propio
“desarrollo sostenible” parece actuar como aglutinante).
Pero dicha aceptación no es suficiente para valorarlo como un cambio sustancial.
Como el propio R. HERNÁNDEZ DEL ÁGUILA ha expresado en más de una ocasión, esta
preocupación mayoritaria hace sospechar que, en el fondo, el medio ambiente es una forma
de “estar al día” o “a la moda”1, más que una necesidad o exigencia vital. La sensibilidad
ecológica presenta, en realidad, un comportamiento oscilante, con altibajos, cuando los
problemas ambientales exigen compromisos más estables, duraderos, a largo plazo. La
popularización del medio ambiente y de sus palabras “fetiche” (el mencionado “desarrollo
sostenible”, lo “ecológico”, lo “verde”, etc.) no ha ido en concordancia con una reflexión en
profundidad sobre las implicaciones que estos términos tienen. El uso indiscriminado que
ha experimentado la semántica ambiental ha propiciado un clima de confusión y
ambigüedad en el que se han banalizado y descuidado sus significados y planteamientos más
razonables. Se ha logrado así una conciliación mediante el lenguaje, en la que toda
propuesta saliente del discurso ambiental parece sonar a lo mismo, pero en la que, sin
embargo, es obligado efectuar importantes diferenciaciones.
Todo ello viene a mostrar que, en la práctica, la preocupación ambiental y, más aún,
la responsabilidad contraída en cuanto al uso individual y colectivo de la naturaleza, tiende
a disiparse o a no ser lo suficientemente importante en aquellos aspectos que más interesan
a la ciudadanía. Se observa, por lo general, que los aspectos relativos al medio ambiente
suelen ocupar un segundo plano o se aíslan de los intereses “específicamente” sociales
(economía, trabajo, salud, educación, etc.). En esta jerarquización de prioridades ha
influido notablemente el “reciclaje” de la lógica capitalista. El conformismo y la anestesia
que ha provocado sobre la sociedad de consumo una práctica de adquisición más “flexible”
y presuntamente “desmaterializada” ha servido para encubrir la carga ecológica real que
lleva consigo el estilo de vida alentado por el modelo de desarrollo occidental. La
preocupación ambiental, pese a estar cada vez más extendida, no ha bastado para una mejor
comprensión de lo que supone el medio ambiente, y de los diversos valores y funciones que
proporcionan al bienestar humano.
No se debe olvidar, además, que la cuestión ambiental ha sido empleada e
“internalizada” en estos discursos para, de algún modo, aflojar esta preocupación. Pues, si
bien, no hay duda de que los problemas relativos a la degradación ecológica no son simples
“costes del progreso humano”, su presencia en las agendas políticas no deja de estar
1 Véanse, por ejemplo, HERNÁNDEZ DEL ÁGUILA, R. (1993, 1998, 2002). [ 13 ] supeditada a decisiones cuya principal motivación (si no la única) es la de generar algún
tipo de valor añadido extra, con el fin de que la naturaleza resulte “rentable” para el
crecimiento económico y no resulte demasiado molesto para los ciudadanos. De esta forma,
se intentan corregir los fallos y daños ambientales con las propias reglas de funcionamiento
del sistema económico, cuando éstas son, en gran parte, el origen del problema.
Nos situamos, pues, ante un problema en el que el mal entendimiento de lo que
supone el medio ambiente y, especialmente, la manera en la que éste influye en el bienestar
y el desarrollo humanos, explican que las “buenas intenciones” no hayan significado avances
notables hacia la sostenibilidad. Las tendencias en la explotación de recursos, en los niveles
de contaminación o en la alteración de ecosistemas y servicios ambientales (hablamos en
términos globales) así lo indicarían. Este problema de tipo “epistemológico” tiene, entre
otros detonantes, la forma con la que se construye y se legitima el conocimiento científico.
Es en parte a lo que nos hemos referido cuando se ha hecho mención de la crisis ecológica
como un problema esencialmente “cultural”. El conflicto sociedad-naturaleza contemporáneo viene soportado por toda una serie de lógicas, mitos, ideas y modos de
pensamiento que gobiernan nuestras prácticas y relaciones con la naturaleza y que cuentan
con una elevada legitimidad social y respaldo científico.
Pero, volviendo a la cuestión con la que dábamos comienzo esta introducción, las
dos últimas décadas no se han caracterizado, precisamente, por su estabilidad, sino más bien
por intensas transformaciones que han ido configurando una realidad planetaria
crecientemente más compleja. Podríamos señalar, en primer término, cómo, en lo que
respecta a la degradación del medio ambiente global, se empiezan a co...
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