York, el 15 de noviembre de 1903, afirmó: “…. Puedo atestiguar mejor que nadie que los EstadosUnidos no han fomentado la revolución en el Istmo de Panamá, pero cuando la revolución quetodo el mundo preveía estalló, su línea de conducta ya estaba trazada. La República consistía alprincipio propiamente hablando del territorio que se extiende desde Panamá hasta Colónsiguiendo las líneas del ferrocarril y del Canal (…). Tan pronto como la República obtuvo el controlde toda la línea tenía derecho a la protección de los Estados Unidos”. De lo contrario, el tratado de1846 había sido por primera vez desatendido voluntaria y engañosamente”. Incluso en su obra:Panamá. La creación – La destrucción – La resurrección, (1913) el ingeniero francés asevera que élfue el artífice principal de la nueva República de Panamá y de la elaboración del Tratado del 18 denoviembre de 1903. “Adaptado de tal modo a las exigencias americanas que no pudiera ser objetode la menor crítica de parte del senado”. Por su parte, Roosevelt en el conocido discurso quepronunció el 23 de marzo de 1911 en la Universidad de Berkeley, en California, dijo entre otrascosas: “Afortunadamente, la crisis vino en un momento en que yo podía actuar sin impedimento.Por lo tanto, me tomé el Istmo, comencé el Canal y luego no dejé que el Congreso discutiera sobreél, si no sobre mi” Estas jactanciosas declaraciones de Roosevelt impulsaron a la Cámara deRepresentantes, a instancias del diputado Henry T. Rayne, a designar una comisión para queinvestigara los hechos acaecidos el 3 de noviembre de 1903. Pero como bien observa EduardoLemaitre, esta investigación tenía un claro carácter político, dirigida contra la candidatura