Por: SERGIO GÓMEZ MASERI | 18 de octubre de 2014Foto: REUTERS/ArchivoEsta semana, el precio promedio del barril cayó a 82 dólares, su cotización más baja desde el 2010.
COMPARTIDOS“Solo si una raza de extraterrestres nos invade y nos obliga a todos amontar en bicicleta”. Eso comentaba la revista especializada Grist luegode que Barack Obama anunció hace tres años que EE. UU. reduciría susimportaciones de crudo en un tercio para el 2025.La burla, aunque ácida, era entonces justificable. A lo largo de lasúltimas cuatro décadas todos los presidentes habían prometido lo mismo–acabar con la dependencia de fuentes de energía externa– sin siquieraarrimarse a la meta. Obama, como sus antecesores, también seequivocó. Pero por razones totalmente contrarias.Desde hace algunos años, EE. UU. viene experimentando un boompetrolero (y otras fuentes de energía) de tal magnitud que ha logrado yareducir su demanda en más de un 30 por ciento, once años antes de loprevisto por el mandatario.Lo que es más, el año entrante, si la producción continúa al ritmo actual,superará a Arabia Saudí para convertirse en el mayor productor depetróleo del mundo y, según estadísticas del departamento de Energía,podría llegar a la anhelada autosuficiencia en diez a quince años.Es por eso que muchos lo culpan hoy por la caída en los preciosinternacionales del crudo que se viene registrando. Esta semana, elprecio promedio del barril cayó a 82 dólares, su cotización más bajadesde el 2010 cuando alcanzó a estar en 110 dólares. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), su valor podríacaer aún más en los próximos meses. Algo que tiene felices a losconsumidores, ya que pagan menos a la hora de tanquear, pero causaalarma en países productores como Venezuela, Rusia, Irán y hastaColombia, donde la venta del crudo representa un porcentaje alto de susingresos por exportaciones.Caracas, por ejemplo, ha pedido una reunión de emergencia de lospaíses miembros de la OPEP (que piensa citarse oficialmente a finales denoviembre) para discutir una posible reducción en la producción decrudo.El ‘milagro estadounidense’ –o maldición para otros– comenzó hace unosdiez años en Texas cuando se comenzó a experimentar con nuevastécnicas como el cavado horizontal y el ‘fracking’. Estas permitieronacceder a grandes yacimientos de crudo antes inasequible. No solo en
este estado sino en otros como Dakota del Norte y Alaska. Desde el2004 y gracias estos desarrollos, la producción de EE.UU. ha crecido un56 por ciento.El estimado de producción para el 2014 es de 8,53 millones de barrilesdiarios y de 9,53 millones para el 2015, las cifras más altas que seregistran desde 1970.Y aunque EE. UU. aún importa al menos unos 8 millones de barriles (el30 por ciento de sus necesidades domésticas), el repunte de laproducción nacional ha permitido reducir sus necesidades externas y,por lo tanto, creado un excedente en los mercados internacionales.