Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido
del equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti,
y detectan los cambios de posición de la cabeza.
Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando
ángulos más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos
sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de
los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y
hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las células pilosas del vestíbulo
se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje
técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído. Cuando
la cabeza está inclinada, los otolitos cambian de posición y los pelos que se

encuentran debajo responden al cambio de presión. Los ojos y ciertas células
sensoriales de la piel y de tejidos internos, también ayudan a mantener el
equilibrio; pero cuando el laberinto del oído está dañado, o destruido, se
producen problemas de equilibrio. Es posible que quien padezca una
enfermedad o un problema en el oído interno no pueda mantenerse de pie
con los ojos cerrados sin tambalearse o sin caerse.
Enfermedades del oído
Las enfermedades del oído externo, medio o interno pueden producir una
sordera total o parcial; además, la mayor parte de las enfermedades del oído
interno están asociadas a problemas con el equilibrio. Entre las
enfermedades del oído externo se encuentran las malformaciones congénitas
o adquiridas; la inflamación producida por quemaduras, por congelación o por
alteraciones cutáneas, y la presencia de cuerpos extraños en el canal auditivo
externo. Entre las enfermedades del oído medio se encuentran la perforación
del tímpano y las infecciones. En el oído interno pueden producirse
alteraciones tales como las producidas por trastornos congénitos y
funcionales, por drogas y por otras sustancias tóxicas, problemas
circulatorios, heridas y trastornos emocionales. La otalgia, o dolor de oídos,
no siempre está relacionada con alguna enfermedad del oído; a veces la
causa se encuentra en un diente incrustado, sinusitis, amigdalitis, lesiones
nasofaríngeas o adenopatías cervicales. El tratamiento depende de cuál sea
la causa principal. El acúfeno es un zumbido persistente que se percibe en
los oídos y puede producirse como consecuencia de alguna de las
alteraciones anteriores; otras causas pueden ser la excesiva cantidad de cera
en el oído, alergias o tumores. Con frecuencia, el acúfeno persistente se debe
a la exposición prolongada a un ruido excesivo que daña las células pilosas
de la cóclea. A veces las personas que padecen esta alteración pueden
utilizar un enmascarador de sonido para paliar el problema.
