bien como hermana o hija, bien como novia, o amante, o esposa,
continua impertérrito rigiendo nuestra vida, marcándonos la línea de
conducta que en toda crisis en que se halle envuelta una mujer debemos
observar. Seguimos siendo
el macho
,
los pantalones
, el tirano, cruel o
benigno, que a todas horas hace sentir el peso de su autoridad. O tiranos
en nuestra casa donde todo cuanto se hace y se dice y hasta se piensa
ha de pasar bajo nuestra olímpica censura, así seamos más brutos que
un gorila, o galanes en la calle, donde no hay necedad o grosería que no
les disparemos al pasar en forma de piropos.”
Nemesio Canales,
Nuestro machismo
narrativo
descriptivo
expositivo
argumentativo
4 / 4 pts
Pregunta 6
“Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban
rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos
en la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo
menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las
actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al
muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo
frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era melancólico y, debido a
ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió
lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio sonaba
