existencial de ontologías radicalmente diferentes (denominadas
por ellos como ontologías relacionales) de la racionalidad
instrumental con la que el proyecto civilizacional euro-moderno
dominante ha operado. Para ellos estas ontologías relacionales
serían no modernas y se expresarían, por ejemplo, en las prácticas
y subjetividades de poblaciones indígenas y afrodescendientes
en América Latina. También entiendo su crítica al planteamiento
de ciertos académicos de la globalización que afirman que hoy
sólo existe modernidad, sin afueras sustanciales, lo que sería
otorgarle desde la teoría un poder constitutivo absoluto a este
proyecto civilizacional euro-moderno que, cuando es examinado
etnográfica e históricamente, evidencia cuan limitado es.
La eventualización de la modernidad no supone que todo es
modernidad. Al contrario, es necesario examinar contextualmente
cuáles son las racionalidades, técnicas y subjetividades que se
articulan apelando a la modernidad. Desde esta perspectiva, no
sólo se ensancha lo que no es modernidad (incluso para los sitios y
poblaciones que se consideran como indiscutible y absolutamente
M o d e r n i d a d y d i f e r e n c i a

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I n t e r v e n c i o n e s e n t e o r í a c u l t u r a l
modernos), sino que también se puede pensar desde trabajos concretos
que los ‘afueras’ no son la única fuente de heterogeneidades y disensos
con respecto a las racionalidades euro-modernas dominantes.
Sin embargo, este tipo de enfoque es posible si eventualizamos
los ‘afueras’ y los ‘adentros’ de la modernidad. Lo cual implica
abandonar las garantías de las definiciones substancialistas, sobre
todo aquellas caricaturizantes de la modernidad que le atribuyen
las responsabilidades por todos los males y desesperanzas del
mundo contemporáneo. La eventualización de la modernidad no
necesariamente se articula como anti-modernidad.
Finalmente, habría una posible crítica sobre los efectos de la
eventualización con respecto a que diluiría una visión más
estructural y de totalidad de la modernidad. Refiriéndose a
la pluralización de la modernidad derivada de los crecientes
estudios antropológicos sobre la misma, Arturo Escobar plantea
este cuestionamiento en los siguientes términos:
En suma, a mi manera de ver, en muchos de los
recientes trabajos antropológicos la modernidad es,
primero, redefinida en una manera que la disuelve
y le priva de cualquier apariencia de coherencia
histórica, sin mencionar una única lógica social y
cultural, y, segundo, se encuentra etnográficamente
que en todas partes es siempre plural, cambiante y
confrontada. Un nuevo balance parece necesario.
Después de todo,
¿por qué estamos tan prestos
aún a adscribir al capitalismo efectos poderosos y
sistemáticos, mientras denegamos a la modernidad
cualquier lógica y dominación cultural coherente?
(2010: 221; énfasis en el original).
13
_______________
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Sin destapar la caja de pandora de la relación entre capitalismo y modernidad,
me gustaría mencionar de pasada que no hay una equivalencia entre los dos.

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- Spring '18
- Luis
- Verdad, Antropología, Funcionalismo