propiamente dicho, como lo conocemos hoy, o sea, como un sistema de señales, nace con los grandes conjuntos
urbanos de nuestro siglo, que son los grandes conjuntos urbanos de nuestro siglo, que son los que originan todas
estas necesidades de señalización, por una urgencia de elementos indicativos de dirección, de identificación, de
localización y de orientación esenciales para la convivencia.
Cada una de las señales (pictogramas), debe dar una sensación de unidad con el resto del sistema. En cada uno de
estos pictogramas el diseñador debe presentar elementos fácilmente reconocibles y decodificables para sus
receptores; los cuales, en muchas ocasiones, pertenecen a diferentes grupos culturales (como puede ser en el caso de
los señalamientos empleados en las Olimpíadas). El diseñador tiene que enfrentar la realización de una mezcla de
abstracciones que tienen que unificarse en solo código.
El diseñador debe saturarse a fondo del conocimiento y del funcionamiento del espacio que pretende señalizar antes
de iniciar la labor de diseño propiamente dicha. En señalamiento un signo que funciona mal es peor que la ausencia
de signo. Y puede haber, mil causas para que funcione mal posibilidad de confusión en sus significados, mala
integración a su espacio, dificultad de lectura, etc.
I.- El Nivel Pragmático, al estar ligado a la práctica del signo, corresponde, lógicamente, al objeto del mismo (el ángulo
del objeto era aquel en el que los estoicos colocaban, precisamente, al prágmata). Está profundamente inmerso, por
una parte, en la práctica social; y por otra, en lo práctico, en lo fácilmente practicable que sea el signo para sus
receptores.
II.- El Nivel Sintáctico es aquel que corresponde a la conexión o al eslabonamiento de unos signos con otros, o de esos
signos con su entorno. Es el Nivel de la Sintaxis, que va de la mano con la elaboración del Discurso.
III.- El último de los tres, o sea el Nivel Semántico, es el Nivel de interpretación, el que marca el significado.
Peirce señalara para el objeto: índice, icono y símbolo. Jakobson marca una serie de relaciones en cada uno de estos
tres elementos:
A) Contigüidad efectiva (relación indicativa).
B) Similaridad efectiva (relación icónica). {
C) Contigüidad asignadas (relación simbólica).
Surge de este planteamiento una cuarta posibilidad, que, a pesar de ser una maravillosa veta para el estudio de la
estética desde el campo de la semiótica, Jakobson se detuvo poco a explorarla. Nos referimos a:
D) Similaridad asignada.
