conlleven el uso de algún tipo de material de laboratorio. Por otra parte, también existe falta de
experiencia y conocimiento en las tecnologías de la información y comunicación (TIC), según el
“Informe sobre la enseñanza de ciencias en España” (2012) elaborad
o por la Real Academia de
Ciencias.
Esto también conlleva a un deficiente uso de las tecnologías de información y
comunicación en las aulas, fundamentales en el desarrollo del pensamiento crítico.
De modo que, a modo de conclusión, se podría decir que los estudios realizados demuestran que
aún predomina la enseñanza de las ciencias conductista, basada en explicaciones magistrales en la
pizarra, el libro de texto y la resolución de problemas cerrados de aplicación de lo tratado. Todo
ello contrasta con las recomendaciones curriculares y la correcta didáctica.
3)
PROBLEMAS ESPECÍFICOS DETECTADOS EN ESPAÑA:
En cuanto a los problemas específicos detectados en nuestro país según la Real Academia de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en su “Informe sobre la enseñanza de ciencias en España”
(2012), se pueden destacar los siguientes:
1.
Bajo nivel de exigencia, lo que conlleva a superar asignaturas sin tener los conocimientos
necesarios.

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2.
Promoción al curso siguiente por parte de alumnos que realmente no han superado todas las
materias.
3.
Falta de experimentación y de fomento de hábitos de observación y de razonamiento lógico en
la educación científica. Las ciencias deben aprenderse desde las edades tempranas planteando
preguntas, haciendo observaciones, identificando hipótesis, etc.
Su aprendizaje no debe ser
memorístico, sino que es necesario conjugar la adquisición de saberes con las actitudes
propias de la actividad científica (observación, pregunta, investigación, respuesta, debate).
4.
Deficiente conocimiento del inglés, cuyo dominio es básico para progresar en cualquier
disciplina científica.
5.
Falta de experiencia y conocimiento en las tecnologías de la información y comunicación. Se
ha visto que paradójicamente, los estudiantes manejan con soltura las herramientas
informáticas, pero hacen un uso acrítico de la información y raras veces el acceso a estos
medios supone un incremento real del conocimiento.
6.
Un elevado número de maestros carece de la formación científica indispensable.
7.
Los maestros han perdido autoridad de y reconocimiento social, lo cual puede conllevar a falta
de motivación por parte de los maestros y que se ve reflejada en el desinterés de sus alumnos.
8.
Los planes de estudio deberían dejar espacio suficiente para la enseñanza de ciencias.
Por otra parte, en un artículo de la revista
Eureka
que lleva por título “
La enseñanza de las
ciencias en primaria y secundaria hoy. Algunas propuestas de futuro” (Oliva y Acevedo, 2005)
también se afirma que algunos de los problemas posibles o más bien causas posibles de esta
deficiente educación científica pueden ser debidos a una deficiente formación y motivación
profesional del profesorado, así como el exceso de contenidos en los currículos oficiales y la
dificultad que supone
