incremento del gasto público corriente, aunque también se ha incrementado el componente de
gasto público destinado a inversión.
Cuadro 3. Tasa de crecimiento del PIB 1999-2006. (A precios constantes de 1997)
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006

(e)
Variación PIB
(%)
-6,0
3,7
3,4
-8,9
-7,7
17,9
9,3
6,5-7,5
Gráfico 1: Tasa anual de crecimiento del PIB 1999-2006
El fluctuante desempeño del PIB venezolano durante el periodo 1995-2005 tiene varias causas
de las cuales se mencionan tres relevantes:
1)
Desde finales de los años ochenta la economía venezolana fue sometida a reformas mediante la
implementación en 1989 de un programa de ajuste estructural. Este programa estaba alineado con
las recomendaciones salidas del Consenso de Washington, involucrando entre otras medidas:
liberación de los precios de los bienes y servicios, liberación del tipo de cambio, un programa de
privatizaciones, una política de apertura comercial, reestructuración y modernización del sistema
tributario y del sistema financiero. Sin embargo, la aceptabilidad de estas medidas como la
estrategia adecuada dirigida a cambiar el modelo rentista petrolero no se correspondió con la
instrumentación de políticas sociales efectivas, que paliaran sus previsibles efectos adversos,
fundamentalmente sobre la población más pobre y, por ende, con menor capacidad para proteger
sus ingresos reales. Con todo, programas como la apertura comercial significaron la posibilidad de
lograr una mayor inserción internacional de los productos venezolanos, lo cual permitió dinamizar
algunos sectores económicos privados, encontrando éstos nuevos mercados, reflejándose en el
aumento sostenido de los flujos comerciales de bienes no petroleros, especialmente hacia
Colombia y el resto de los países de
la Comunidad Andina
de Naciones.
2)
Las políticas de ajuste no consiguieron anular la vulnerabilidad característica de la economía
venezolana a los
shocks
externos, fundamentalmente los provocados por la caída de los ingresos
petroleros. Las fluctuaciones del precio del petróleo de la segunda mitad de los años noventa
demostraron una vez más la fuerte dependencia de la economía venezolana a éste. El
desequilibrio entre gasto e ingreso se mantuvo dentro de un entorno signado por recurrentes
sobrevaluaciones del tipo de cambio real, al utilizarse el anclaje cambiario como instrumento de
control de la inflación, dificultando la inserción de la producción nacional no petrolera en los
mercados internacionales. En este contexto, el programa de reformas sufrió reveses importantes,
como la paralización del proceso de privatizaciones y el retraso en la implementación de las

reformas en el sistema tributario y financiero, agravado en este último caso por la crisis bancaria
del año 1994. Esta situación estuvo acompañada de la acentuación de la caída de la inversión
doméstica, manifestada desde los años ochenta (Cuadro 4). En el caso de la inversión pública, su
comportamiento fue relativamente estable durante las tres décadas previas a las reformas,
situándose en torno a los diez puntos porcentuales con respecto al PIB. Pero, a partir de mediados
